La lectura de este artículo os ayudará a conocer cómo detectar la artrosis de rodilla.
La artrosis, también denominada osteoartritis, es una enfermedad reumática que destruye el cartílago articular, tejido encargado de proteger los extremos de nuestros huesos y que contribuye al buen movimiento de nuestras articulaciones, haciendo así de amortiguador.
Se trata de la patología degenerativa articular más frecuente, pudiendo darse en diversas zonas del cuerpo: columna cervical y lumbar, hombros, dedos de las manos, cadera, rodilla…
En este caso nos vamos a centrar en cómo detectar la artrosis de rodilla.
Cómo detectar la artrosis de rodilla
Para saber cómo detectar la artrosis de rodilla atenderemos a los siguientes síntomas:
Dolor
Como principal signo de esta enfermedad se encuentra el dolor. Este aparece mecánicamente cuando la articulación está en movimiento, cesando en caso de reposo. Es durante o tras la práctica de un ejercicio que suponga un esfuerzo físico elevado cuando se desencadena un mayor grado de dolencia, pudiéndose dar igualmente después de un periodo significativo de inactividad.
Rigidez
A medida que la patología avanza, aparecen otros signos que nos ayudarán en nuestra pesquisa de cómo detectar la artrosis de rodilla. Uno de ellos, la rigidez, que, caracterizada por el déficit de movilidad activa y pasiva de la articulación, se da en mayor medida tras levantarse después del reposo absoluto durante el periodo de sueño o tras estar inactivo por un largo espacio de tiempo.
Sensibilidad
Por otro lado, también puede ser probable la aparición de sensibilidad en la rodilla. Se podrá examinar si la articulación se muestra sensible a través de la aplicación de un poco de presión sobre ella o próxima a ella.
Pérdida de flexibilidad
La pérdida de flexibilidad también es uno de los primeros síntomas que aparecen y nos ayudarán en cómo detectar la artrosis de rodilla. Con ella tiene lugar una disminución del grosor del cartílago de la articulación, siendo posible que la persona afectada no pueda moverla en todo su rango de movimiento.
Sensación chirriante
Es posible también que se dé cierta sensación chirriante al emprender el movimiento de la articulación dañada, oyendo chasquidos como cuando una persona se “cruje” los nudillos de las manos.
Osteofitos
Los osteofitos o espolones óseos son protuberancias óseas percibidas como bultos rígidos que pueden formarse alrededor de la articulación afectada pudiendo alterar la salud del paciente o bien pasar inadvertidas sin necesitad de ser tratadas.
Hinchazón
Por último, la rodilla puede notarse hinchada a efectos visuales a causa de la inflamación de los tejidos blandos que rodean la articulación lesionada.
Una de las terapias no invasivas para tratar el dolor articular es Orthokine. Muchos pacientes con artrosis de rodilla ya han olvidado lo que es el dolor gracias a este tratamiento.